Por Adriana Bauab
Reseña del libro de Stella Maris Rivadero Fracasos del amor. Impedimentos del deseo y enclaves del goce, Letra Viva editorial, Buenos Aires, 2019
Este interesante libro, del que ya tenemos su segunda edición, desde las primeras páginas se ocupa, como lo manifiesta su autora, de las llamadas “neurosis narcisistas”. Las define como las que pivotean entre la inhibición y, en el mejor de los casos, la angustia como señal, ya que en muchas ocasiones la angustia es la del desamparo, angustia masiva que no permite alertar de qué objeto se trata. Falta a la cita el síntoma como nominación simbólica. Son estas neurosis subsidiarias de un fracaso del amor, resultado de una restricción de goce del Otro parental que no se operó para el sujeto en tiempos instituyentes, ocasionan- do serias dificultades en el tiempo de la alienación y en la consiguiente configuración fantasmática.
A través de sus páginas, el texto da cuenta de una clínica que requiere en la cura una lógica diferente de las llama- das “neurosis tradicionales”. Mientras que en estas trabajamos contra el sentido coagulado para no engordar el síntoma, en las llamadas neurosis narcisísticas, el trabajo con la gravedad hace que no se intervenga exclusivamente por la vía del significante, sino fundamentalmente por la cuerda real y la imaginaria. Sin un piso de sentido ofertado que comience a tejer los lazos transferenciales de confianza en un saber supuesto, no es posible deshacer la convicción del sentido sufriente que atenaza al sujeto.
Fracasos del amor… trata, como nos advierte el subtítulo, de los Impedimentos del deseo y enclaves del goce. Transita así por una clínica donde las vicisitudes del amor y sus padecimientos afectan al sujeto de diversos modos.
Varios de sus capítulos tocan el tema de la gravedad y cómo el sujeto, cuando no responde con su fantasma a la pregunta por el deseo del Otro, lo hace con afecciones en su cuerpo todo; resultado de que el circuito erógeno de la pulsión no trazó su recorrido de recorte en torno al objeto. Varias de las viñetas clínicas presentes en el libro refieren a casos de adolescentes en los que lo “actual” de la neurosis re- viste cierto grado de gravedad. En ellas, el fracaso notorio de la función del pater familias reenvía a pensar diversas fallas en la nominación y en las identificaciones.
La autora presenta casos de anorexia, acting out a repetición, exposición a situaciones riesgosas, adicciones –a la bebida, a drogas, a videojuegos, al sexo–, intervenciones quirúrgicas permanentes en busca de un ideal estético a alcanzar, manifestaciones que frecuentemente tienen lugar en la adolescencia, aunque algunas se reactualizan y se revelan en otros tiempos vi- tales como la andropausia y el climaterio.
Refiriéndose a la clínica con adolescentes, nos recuerda que Freud llamaba “segundo despertar sexual” a esa hecatombe que se suscita en la imagen y en el cuerpo. Se sirve del nudo borromeo que muestra la estructura subjetiva para ex- presar que en la pubertad hay un reacomodamiento de los tres registros: real, simbólico e imaginario; tiempo de con- moción y desajuste de las cuerdas.
Cabe destacar en la clínica de las neurosis narcisísticas, el estatuto que tienen dos objetos de la pulsión: la voz y la mira- da. Stella Maris Rivadero destaca: “Lacan equipara el superyó con la pulsión invocante en tanto resto de voz que no puede pasar al significante. Y en relación con la mirada, se transforma en resto perseguidor cuando no se puede articular como mancha en el espacio de lo visible. El superyó es un imperativo ciego porque no puede ver, no puede reconocer al yo cuan- do no aparece configurado a la imagen de su ideal”.
La autora aborda la subjetividad en los tiempos que corren y los padeceres relacionados con la tecnología imperan- te, la hiperconectividad, con la hegemonía de las imágenes y el ideal estético, los gadgets y las redes sociales como Facebook, Instagram, WhatsApp y otras que inauguraron lazos inéditos para el amor. De índole virtual, tienen la “momentaneidad” del zapping, carentes de una presencia real.
Interesantes los capítulos que requieren que la escucha analítica se preste por un lapso de tiempo a una pareja, o a integrantes de una familia, como son los titulados “Violencia familiar” y “Consecuencias de las mentiras transgeneracionales”. La temática del amor y sus fracasos abre uno para pensar cómo en la clínica se presenta la elaboración de los duelos según la estructura subjetiva y en relación con el fin del análisis. Hacer el duelo por lo que no se tuvo, pero también por lo que no se es pone en juego la propia desaparición y la del Otro, para que la pregunta por su pérdida se redoble en la de su falta.
Interesantes interrogantes y reflexiones se formula la autora en el capítulo “Tropiezos del analista”, en el que traba- ja los diferentes sesgos posibles que pue- de tener la interrupción unilateral o consensuada de un análisis.
El libro de Stella Maris Rivadero es un testimonio de su clínica, de la teorización de su práctica y de los efectos de la misma, sostenida por el trípode freudiano.