“Freud, en su tiempo y en el nuestro”, Elisabeth Roudinesco
Debate, 2015
Bellísimo libro.
Elisabeth Roudinesco, historiadora, sostenida en la inmensa información y documentación sobre Freud y, sobre todo en el profuso epistolario del mismo, despliega un notable libro biográfico . De ese epistolario dice que se trata de un estilo a menudo caótico pero que da testimonio de un verdadero talento literario.
Detallada y precisa, realiza una semblanza de Sigmund Freud que nos lo representa vívidamente: Y fue en la más pura tradición del “Sturm und Drang” ( tempestad y pasión)- encarnado por Goethe y “Las cuitas del joven Wherther- , que Freud, científico positivista, darwiniano y racional, en busca de gloria y adversidad, especializado en la observación de animales marinos, se enamoró a los veintiséis años, de Martha Bernays.
Tempestad y pasión describen a Freud desde su juventud hasta el fin.
Relataré brevemente mi lectura del recorrido.
Notable el encuentro y fascinación de Freud por Charcot pero sobre todo con el extravagante Fliess. De nuevo tempestad y pasión. Hechizo de Freud por Fliess desde el primer encuentro. Ese contacto, digamos, esa transferencia lo separa a Freud de la neurología, de la teoría de la seducción. Inventa la importancia del complejo de Edipo y comienza a preparar su gran libro “La interpretación de los sueños”. Freud descubre el inconsciente e inventa el método.
En 1900 se produce su ruptura con Fliess.
E. R. hace un interesante análisis de esta relación y sus consecuencias.
El método, el psicoanálisis revoluciona el mundo.
E. R. describe a Freud como un científico positivista, lo era? Científico sí, pero positivista quién habla del inconsciente al que solo se conoce por sus efectos? Uds, lectores, que dicen?
Lo qué si acuerdo con E. R. es con la revolución simbólica que Freud realiza : En el fondo, Freud llevaba a cabo una revolución simbólica: cambiaba la mirada que toda una época posaba sobre sí misma y sobre sus maneras de pensar. Inventaba un nuevo relato de los orígenes en el que el sujeto moderno era el héroe, no de una mera patología, sino de una tragedia.
Son muy interesantes los relatos de los pacientes de Freud con sus historias y nombres verdaderos.
E. R. llama a Freud, judío espinosista. Ateo, no rechazaba su origen aunque reconocía concepciones del mundo diferentes.
E. R. ama a Freud, encuentra sus libros luminosos y así es esta biografía . Va relatando los momentos de Freud a partir de sus libros y de la historia de las relaciones con discípulos y disidentes, las reuniones de los miércoles y como se va produciendo la extensión del psicoanálisis más allá de los círculos de Viena. Todos soñaban con un mundo mejor. Se van sucediendo los afectos de Freud por sus discípulos Rank, Fereczi, Abraham, Eitingon, Jung, Jones . Y no solo desfilan sus nombres sino toda una época de extensión del psicoanálisis.
Aparece con Jung una relación pasional, conflictiva y beligerante, en la que Freud termina acusándolo de ceder al “lodo negro del ocultismo”
Si bien conocemos estos relatos y esta historia del movimiento, este libro reúne en si mismo toda esta historia y tiene gran valor en este sentido.
Y las mujeres?
A partir de 1910 hacen su entrada las primeras mujeres analistas que en general habían sido pacientes del psicoanálisis primero. Es muy interesante ver el giro que se da a los temas del psicoanálisis a partir de esa presencia femenina.
Tambien es interesante el capítulo dedicado a “El descubrimiento de América”, sobre todo la lectura de E. R. de la psiquiatría y psicología en América. ( por supuesto cuando dice América se refiere a Norteamérica).
E.R. va haciendo el relato de las diferentes épocas de Freud atravesado por el lazo con sus discípulos, sus rupturas y una realidad que comenzaba a cambiar y transformarse.
No deja de remarcar dolorosamente y con lucidez la transformación del mundo de Freud y de él mismo a partir de “la gran guerra”.
Freud observa como su doctrina revela los oscuros aspectos de la humanidad y confirma su teoría sobre la pulsión de destrucción.
E. R. describe muy bien el pasaje de “La belle epoque” a un mundo moderno .
Detalla muy bien la familia de Freud, incluyendo la familia extensa y su diáspora. Así como el pasaje del psicoanálisis a un universo más amplio y el dominio del psicoanálisis en otras lenguas y otros territorios.
Todo ese desarrollo y esa extensión es destruida en Viena y en Alemania por el avance del nazismo. Freud asiste a la destrucción de sus sociedades o al colaboracionismo desesperado de algunos analistas con el nazismo.
Eso que fue destrucción también fue extensión a otros lugares del mundo
E.R. relata finalmente la escritura de “Moises y el monoteísmo” en sus tres partes y el giro que finalmente tiene que hacer Freud al comprender los siniestros planes del nazismo y su exilio en Londres.
En la última parte del libro relata como Anna Freud, Jones, Marie Bonaparte y otros se ocuparon de salvar los archivos, las cartas y como se sucedieron diferentes biografias y libros con las cartas.
El libro es el libro de una historiadora. No nombra a los que se exilaron en América del Sur, precisamente en Buenos Aires, fundando la APA, ni tampoco a Lacan o a sus discípulos.
De todos modos este libro es un bello libro para los que amamos a Freud y al discurso del psicoanálisis-
Verónica Cohen