Reseña del libro Pulsión de sexo de Mara Musolino. Cascada de letras. Bs. As., 2020
Por Gabriela Spinelli
“La partición en macho y hembra es una fábula poética”[1]
En su nuevo libro Pulsión de sexo, Mara Musolino nos invita a estudiar, allí donde mucho se tararea: ¿qué significa, cuál es la importancia de la proposición “no hay relación/proporción sexual” para la praxis (teoría y clínica) del psicoanálisis? ¿Y qué efecto tiene dicha ausencia de proporción en la relación sexual, sobre las relaciones sexuales? Pero también es un libro que ofrece nuevas hipótesis y propuestas.
La autora nos va introduciendo al tema con sumo cuidado conceptual, compartiendo generosamente las citas donde Freud y Lacan desarrollan lo que entienden por “relación sexual”.
Por tal vía nos propone reflexionar sobre la relación sexual y el amor, las relaciones sexuales y la función sexual.
Los interrogantes que se van abriendo le imponen abordar la función del analista. Al respecto Mara entiende que un psicoanalista “no pretende estar fuera de la época que le toca vivir”; mas está obligado a “distinguir lo que podría ser una opinión personal, sociocultural”. Estableciendo, de este modo, un diálogo fecundo y necesario (y sostenido con firmeza) que echa alguna precisión sobre cierto imaginario instalado socioculturalmente respecto del psicoanálisis en “estos momentos de incertidumbre global respecto del sexo”. Esto implica poner en cuestión las ideologías dominantes que a menudo se trasponen como resistencias al psicoanálisis, sobre todo en los mismos psicoanalistas, como es sabido; preguntándose al mismo tiempo por las incidencias de los avances fármaco-médicos “sobre la función sexual de cada individuo”
Es así como sin ambages se pregunta ¿Qué vigencia tiene el falo en nuestra praxis? ¿a qué nos referimos cuando decimos falo?
Para desarrollar estos interrogantes Mara pasa el concepto por un fino tamiz que permite librarlo de las resonancias homofónicas-homonímicas que lo enclaustran en un sentido alejado de lo que dice el concepto psicoanalítico “falo”.
Puedo decirles también que van a encontrar finas articulaciones en lo que refiere a lo real-la realidad, la pulsión-la libido así como una fuerte argumentación acerca de por qué no podría existir una pulsión total ni generalización alguna en el campo del psicoanálisis.
Llegamos así a lo que se llama, en el texto, “Del saber-hacer-allí otra cosa que síntoma con lo Real del sexo”, saber-hacer allí-con la diferencia y la disparidad subjetiva; propuesta que, más que cerrar el libro, lo abre.
Se trata de un libro por el que podemos transitar más o menos fluidamente, más o menos de acuerdo con sus propuestas, pero en el que en cada página una voz nos habla muy de cerca, sin deseo de “ajustarse al interés público” de quien escucha, ni al discurso “adecuado a las normas del mercado”. Muy de cerca, también, a la clínica y la práctica en que se sostiene. Y eso, en tanto no pretende generar acuerdos masivos, nos hace pensar.
[1] S. Freud “Tres ensayos para una teoría sexual”